Mar y montaña, armonía y dureza. Contraste es la palabra que define el Empordà, la zona vitivinícola más antigua de la península, dado que Empúries es considerada tradicionalmente la puerta de entrada por donde los griegos introdujeron el cultivo de la vid en la península.

HISTORIA

No hay duda que la cultura del vino y el conocimiento del comercio del producto de la vid llega a Cataluña aproximadamente el s. VI aC gracias a la más importante colonia griega del país, Empúries, ciudad que, pasados los siglos, dará nombre a toda la comarca del Empordà.

A finales del siglo XIX fue la primera región de la península en sufrir la plaga de la filoxera proveniente de Francia. Muchas viñas se sustituyeron por alcornoques pasando a ser la principal área mundial en la producción de tapones de corcho, industria muy ligada a la vinícola.

CLIMA

El rasgo climático más característico y que afecta a los cultivos es el fuerte viento del norte llamado Tramontana, que sopla con rachas que a menudo superan los 120 kilómetros por hora y que tiene unos efectos muy beneficiosos para el buen estado sanitario de la viña.

Inviernos suaves con pocas heladas y veranos calurosos, templados por las brisas marinas. Una temperatura media anual entre los 14 y los 16ºC. La pluviometría se sitúa alrededor de los 600 litros anuales.

GEOGRAFÍA

La zona de producción de la DO Empordà, situada en el extremo nororiental de Cataluña, engloba un total de 55 municipios distribuidos en dos comarcas: 35 municipios del Alt Empordà y 20 municipios del Baix Empordà, que se delimitan en dos zonas separadas geográficamente.

Terrenos, que mayoritariamente de textura arenosa y pobres en materia orgánica, idóneos para la producción de vinos de elevada calidad. Generalmente son ácidos y están situados desde el nivel del mar hasta un máximo de 260m de altitud. Hay que distinguir las zonas de la llanura ampurdanesa, donde predominan los suelos de naturaleza aluvial, de las zonas de montaña y en las faldas de montaña, donde los suelos son de pizarra y graníticos, con paisajes de gran belleza.

Superfície de viña inscrita 1.186 (ha)
Viticultores 335
Bodegas embotelladoras 46
Producción de botellas
4.160.000
Variedades blancas Garnacha blanca, Garnacha roja, Macabeo, Moscatel de Alejandría, Chardonnay, Gewürztraminer, Malvasía, Moscatel de grano pequeño, Picapoll blanco, Sauvinon blanco y Xarel·lo.
Variedades tintas
Garnacha tinta o lladoner tinto, Samsó, Cabernet franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha peluda, Merlot, Monastrell, Syrah y Ull de llebre.

VINOS

La gama de vinos ampurdaneses es muy amplia. Se elaboran vinos blancos, frescos y sabrosos, a partir de las variedades macabeo, garnacha blanca y Chardonnay. Los rosados, elaborados con mazuelo y garnacha, se caracterizan por un color cereza más o menos intenso, una gran personalidad y un aroma delicado, y son frescos y moderados en graduación alcohólica.

Los vinos tintos, que actualmente representan la mayoría de la producción, se elaboran básicamente con las variedades mazuelo y garnacha, que se complementan con nuevas variedades que se van introduciendo, básicamente Cabernet Sauvignon y Merlot. Son de elevada calidad, con cuerpo, bien constituidos y armónicos, a veces matizados por una crianza cuidadosa.

Estos vinos de reserva y crianza presentan unas notas de aroma muy especiales; son complejos, especiados, sabrosos, llenos y muy agradables al paladar.
Una especialidad diferencial de la zona es la garnacha del Empordà, vino dulce natural de esta variedad de uva, cálido y sedoso, unas virtudes que lo hacen un vino de postre excepcional, junto con el moscatel del Empordà.

VINOS DESTACADOS


5 Finques

Espelt Efímera

Masia de Carreras 2016

Aires de Garbet

CONSEJO REGULADOR